Del 24 al 28 de agosto, Santiago de Chile es la sede de Hackeando la Ciudad, SUMUN 2025, una experiencia que reúne a más de 100 líderes y expertos en educación e innovación de América Latina. Este evento busca abrir un espacio de reflexión y colaboración en torno al futuro de la educación en la región.
En este escenario, la UNESCO presentó investigaciones clave sobre el estado y las proyecciones de la educación en América Latina, entre ellas el ERCE 2019, las perspectivas de los próximos años y estudios que analizan el impacto de la pandemia en el aprendizaje.
El objetivo fue poner sobre la mesa las tendencias, desafíos y oportunidades que enfrenta la región, en el marco de laAgenda de educación 2030, que llama a garantizar un servicio inclusivo, equitativo y de calidad para todos, asegurando que ningún estudiante quede atrás.
Antes de la pandemia: un rezago persistente

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El Estudio Regional Comparativo y Explicativo (ERCE 2019) de la organización reveló que los sistemas educativos latinoamericanos ya enfrentaban profundas dificultades antes de la crisis sanitaria. Cuatro de cada diez estudiantes de 3° grado no alcanzaban el nivel mínimo en Lectura y Matemática, y más del 60% de los alumnos de 6° grado no lograban el estándar en Lectura, Matemática y Ciencias.
Además, los resultados mostraron que gran parte del alumnado no podía localizar información en un texto ni realizar inferencias simples. En Matemática, por ejemplo, muchos estudiantes de 3° grado no lograban escribir correctamente números naturales hasta el 9.999 ni descomponerlos aditivamente.
Estos hallazgos advierten que la región arrastra un rezago que limita el desarrollo de competencias fundamentales que reduce las oportunidades de los estudiantes para enfrentar un mundo en constante transformación y marcado por la digitalización.
El impacto de la pandemia en la educación

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La llegada del COVID-19 agravó las brechas preexistentes. El cierre de escuelas afectó a millones de niños y jóvenes, y las pérdidas de aprendizaje fueron más significativas en comunidades rurales y sectores vulnerables con menor acceso a recursos tecnológicos.
El informe: Impacto de la pandemia en los aprendizajes de los estudiantes en América Latina y el Caribe, presentado por la UNESCO, muestra que, aun con el retorno a la presencialidad, la recuperación de aprendizajes no fue homogénea, y muchos países carecieron de estrategias sostenidas para mitigar los efectos de la interrupción escolar.
Este retroceso no solo afectó los avances hacia el cumplimiento del cuarto objetivo de desarrollo sostenible (ODS) de la UNESCO: Educación inclusiva, equitativa y de calidad, y promoción de oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos, sino que también plantea la necesidad urgente de repensar los modelos educativos, incorporando innovaciones pedagógicas que fortalezcan la resiliencia de los sistemas escolares.
Nuevas herramientas para transformar la enseñanza

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En respuesta a esta situación, la UNESCO, a través del Laboratorio LLECE, ha impulsado el proyecto ERCE Escuelas, una herramienta diagnóstica que entrega información inmediata y detallada a los docentes sobre el progreso de cada estudiante.
Este modelo, presentado en SUMUN 2025, no solo permite conocer el nivel de aprendizaje en áreas críticas como Lectura y Matemática, sino también ajustar en tiempo real las estrategias de enseñanza, garantizando que los alumnos con rezagos reciban un apoyo focalizado.
De ahí que, en experiencias piloto en República Dominicana y Ecuador, se observaron avances significativos: en Lectura, los estudiantes dominicanos pasaron de un 44% a un 71% de logro al final del año escolar, mientras que en Ecuador se registraron mejoras en Matemática, especialmente en el área de Geometría, confirmando la efectividad de las estrategias pedagógicas basadas en evidencia.
Agenda 2030: de la evaluación a la acción

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El reto es transformar los diagnósticos en planes de acción efectivos que permitan a los docentes y escuelas cerrar brechas de aprendizaje. ERCE Escuelas propone ciclos de reflexión pedagógica y acompañamiento docente que convierten los datos en acciones concretas en el aula.
Lo anterior en línea con La Agenda 2030, que también impulsa un cambio de paradigma: no basta con medir resultados, sino que es necesario promover la autonomía, la creatividad, el pensamiento crítico y el uso de la tecnología como herramienta cognitiva.
La UNESCO enfatiza que estos enfoques deben integrarse en la práctica escolar diaria, de modo que las evaluaciones no sean un fin en sí mismas, sino un motor de innovación y de mejora continua en los sistemas educativos de la región.
Mirando hacia el futuro de la educación en la región
De cara al 2030, América Latina enfrenta el desafío de acelerar aprendizajes y fortalecer la profesionalización docente. El proyecto ERCE Escuelas busca expandirse a más países y grados, incluyendo evaluaciones en 6° y 9° grado, así como cuestionarios sobre habilidades socioemocionales y convivencia escolar.
Es por ello que la meta es generar una red regional de docentes que compartan buenas prácticas y que la información recogida sirva para diseñar políticas educativas basadas en evidencia. El compromiso de los gobiernos, las instituciones y las comunidades escolares será determinante para ampliar su alcance.
En el marco de Hackeando la Ciudad 2025, la UNESCO insistirá en que garantizar educación inclusiva y de calidad debe ser un objetivo de política pública, un requisito indispensable para el desarrollo sostenible de América Latina y el Caribe en los próximos años.
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