Cristóbal Cobo explora cómo la inteligencia artificial podría funcionar como una herramienta de tutoría, sin reemplazar nunca la interacción humana que define la educación de calidad. A partir de investigaciones emergentes, plantea los usos adecuados de la IA para retroalimentación y práctica académica, destacando la necesidad de supervisión adulta y el rol irremplazable de los docentes. Un llamado a no buscar respuestas automáticas, sino procesos que fortalezcan el pensamiento crítico.